Época: Ilustr2
Inicio: Año 1750
Fin: Año 1800

Antecedente:
Tradición y nuevos planteamientos

(C) Delfín Rodríguez Ruiz



Comentario

Muchos de los problemas hasta ahora planteados tuvieron un precedente insospechado, casi un esquema de múltiples posibilidades en la obra del arquitecto austríaco Johann Bernard Fischer von Erlach (1656-1723).Erlach, heredero genuino de la gran tradición retórica y simbólica de la arquitectura barroca italiana, se formó en Roma con Carlo Fontana, realizando en Austria sus más importantes edificios, entre los que destaca la Karlskirche, construida en Viena entre 1717 y 1737. Pero en este contexto, lo que más interesa es su aportación teórica a la arquitectura en relación, sobre todo, al problema de la Historia. En 1705 comenzó a preparar un tratado absolutamente diferente de todos los conocidos. Publicado en 1721 en Viena, con el título ya recordado de "Ensayo de una arquitectura histórica", supone una decisiva e influyente aportación a los nuevos problemas que va a plantear la Ilustración. El tratado, con textos en alemán y francés, consistía en una serie de grandes láminas que representaban diferentes secuencias de edificios de la historia de la arquitectura. La selección no tenía nada que ver con la tradición normativa de los tratados anteriores, sin alusiones al sistema de los órdenes, o a conceptos como los de simetría, proporción o distribución, como tampoco planteaba modelos tipológicos civiles o religiosos. En general se trataba de vistas en perspectiva de algunos edificios y monumentos históricos, aunque no faltan algunas plantas y secciones.La secuencia se inicia con las Siete Maravillas del Mundo, de los Jardines de Babilonia o las Pirámides de Egipto al Mausoleo de Halicarnaso o el Faro de Alejandría, para terminar con la octava, el Templo de Salomón según la versión de Juan Bautista Villalpando. Además representa reconstrucciones de ciudades y edificios míticos, de Nínive al Laberinto de Creta, o restituciones de proyectos descritos en los tratados clásicos, como el de la ciudad diseñada por Dinócrates para Alejandro Magno según la versión de Vitruvio. A continuación pasa a ilustrar la arquitectura romana, también con ejemplos poco frecuentes, ya que las ruinas que quedaban no permitían aventurar restituciones fidedignas. También incluye arquitecturas primitivas como las de Stonehenge. A toda esa secuencia de imágenes de la historia de la arquitectura añaden, en tercer libro del tratado, edificios chinos, islámicos, persas o japoneses, de la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla al Palacio Imperial de Pekín o jardines chinos, todo ello antes de la presencia de semejantes propuestas en el pintoresquismo inglés. Por último, esa historia mítica de la arquitectura, en la que el concepto de Antigüedad se amplía a todas las civilizaciones y culturas, de la clásica a la islámica o la china, atendiendo no sólo a los testimonios arqueológicos, sino también a la reconstrucción de la historia de la arquitectura tal como es descrita en la Biblia o en las fuentes clásicas, culminaba con su propia .obra, con sus propios proyectos, cerrando así simbólicamente toda una concepción nueva de la arquitectura. Si Palladio había incluido sus villas y palacios en su tratado como ejemplo de aplicación de los principios de la arquitectura clásica, Fischer von Erlach incluye los suyos como culminación de una tradición no normativa que tiene su más remoto y mítico origen en las Maravillas del Mundo, en el fabuloso inicio de la arquitectura. Es significativo que no aparezcan edificios románicos, góticos o del Renacimiento. La única arquitectura moderna representada es la propia suya, entendida como heredera de una tradición distinta. En este sentido, su célebre iglesia de San Carlos de Viena, ya recordada, ofrece toda una serie de referencias simbólicas y emblemáticas traducidas en un lenguaje barroco clasicista, como exaltación imperial y sagrada de Carlos VI.La influencia del tratado de Fischer von Erlach durante todo el siglo XVIII va a ser enorme, proporcionando a los arquitectos y teóricos otra Antigüedad, distinta a la griega y romana. Esas imágenes, verosímiles o inventadas aparecerán con frecuencia en arquitectos como Juvarra o Piranesi y los piranesianos franceses.